lunes, 24 de marzo de 2014

Sistema inmunitario.

Nos hemos acostumbrado a escuchar hasta la saciedad, que es necesario acudir al médico en cuanto aparece el 1º síntoma sospechoso en el cuerpo. Con el añadido de que los síntomas de malestar corporal se resuelven ingiriendo algo comunmente traducido a ingesta de fármacos, cuyos efectos tóxicos son de sobra conocidos.

Todos los medicamentos tienen efectos secundarios.

Si bien es cierto que en los últimos años existe una tendencia hacia lo natural, continua existiendo la idea de ingerir algo ante las diferentes patologías que se presentan en el cuerpo.

No voy a discutir la eficacia de la correcta administración de las plantas y sus efectos medicinales, pero sí que voy a hacer hincapie en este artículo, algo que se pasa por alto, la respiración, relajación, descanso y el sistema inmunitario.



Cuando tienes algún síntoma anormal en tu cuerpo ¿cómo reaccionas?, ¿te preocupas?, ¿llamas corriendo al médico?, ¿te diriges a urgencias o acudes a la farmacia?

¿Te planteas tumbarte, desconectar teléfonos, poner música agradable, relajarte y respirar profundamente?

Tenemos algo dentro del cuerpo llamado sistema inmunitario.


Este sistema tiene 2 funciones principales:

- Reconocer sustancias extrañas al cuerpo (llamadas antígenos).
- Reaccionar en contra de ellas.

Es decir, el cuerpo tiene su propio médico y su propia medicina. Entonces ¿por qué buscamos fuera lo que ya tenemos dentro?

Cuando el cuerpo protesta y esto lo hace a través del dolor, escúchalo y dale el descanso y la relajación que se merece, para que el sistema inmunitario o inmunológico pueda realizar correctamente una de sus tareas que es buscar la forma de curar lo que está funcionando mal.

Para terminar te dejo con una reflexión; ¿puedes estudiar permaneciendo de pie mucho tiempo en un entorno lleno de ruido y con malos olores? Analízalo.

Para estudiar y sacar el máximo rendimiento en el mínimo tiempo posible, necesitas silencio, una mente libre de preocupaciones y de presión, una postura cómoda y preferiblemente en un entorno con un aroma agradable. Entonces ese tiempo dedicado al estudio se torna fructífero y gratificante.

Si te encuentras mal, date un baño o una ducha, proporciona a tu cuerpo frutas y verduras o simplemente bebe agua (una materia prima excelente para que el cuerpo extraiga lo que necesite y pueda elaborar su propia medicación).
Túmbate y duerme si lo necesitas.
Respira lenta y profundamente, deja la mente en blanco, crea un entorno de paz.
Con ello contribuyes a que tu sistema inmunitario realice el trabajo para el que ha sido creado.

Helena López.

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