Llega el verano y comienzamos a acudir a playas y piscinas.
Nunca pensamos que podamos tener un corte de digestión en el agua, o que podamos presenciar una situación en la que alguien se esté ahogando, pero ocurre.
Así que conviene saber la forma de actuar y los pasos a seguir si nos vemos en el caso.
Cuando vayas a comprarte calzado no te fijes solo en el diseño o si son la última moda.
Es normal que quieras verte guap@, pero piensa también en tu salud. Muchas lesiones de tobillos son producidas por pisar mal, y los zapatos que llevas en muchas ocasiones son los culpables.
Tus pisadas, la forma en que caminas, puede reforzar o debilitar todo tu cuerpo.
El calzado de l@s niñ@s debe elegirse también con inteligencia. Ell@s todavía están formándose.
Les ayudaremos a evitar problemas musculares y articulares, si elegimos unos zapatos adecuados a la actividad que vayan a realizar.
Últimamente estoy muy interesada en saber qué como, y qué le doy de comer a mi hija.
Hace un tiempo decidí dejar de comer carne y pescado y nació un fuerte deseo por eliminar todo lo que fuese contaminante para mi cuerpo. Aunque todavía no he llegado al final de ese objetivo, estoy en el camino.
La decisión de abandonar el hábito de comer carne y pescado, surgió por mi hija. Cada vez que íbamos a la carnicería o pescadería, mi hija se sentía mal y me decía: -¿No te da pena que maten a los animales para que nos los comamos?
La respuesta típica que escuchaba de la persona que nos despachaba era: - Es que es así. Unos nos comemos a los otros, los animales también se comen a otros animales.
Yo solía encogerme de hombros sin saber muy bien qué respuesta era la adecuada. Esa cuestión que planteaba mi hija yo también me la he planteado, y creo que much@s de vosotr@s también lo habéis hecho. Cada vez que mi hija sacaba este tema obtenía respuestas que no le convencían. Un día me dijo: - Yo comparo la muerte de los animales como si viniesen gigantes a la tierra y nos cogiesen para comernos. ¿A ti te gustaría que un gigante me cogiese para comerme? Pues así se siente la mamá del cerdito.
Imaginaros el estremecimiento que produce visualizar esa situación que ella planteaba.
Fruto de las conversaciones, cábalas y razonamientos que día a día surgían cuando ibamos a comprar comida; de forma gradual y muy consciente, hemos ido eliminando cualquier producto que salga de un animal muerto.
Y en la busqueda por saber de qué están compuestos los patés, las gominolas, los zumos embotellados... y una enorme lista de productos que día a día invaden los supermercados con olores, colores y ofertas atrayentes; vamos aprendiendo mucho.
